Palabras que deshumanizan

Tres lecciones del discurso de AOC

Carolina Carbone
2 min readAug 16, 2020

A fines de julio Alexandria Ocasio-Cortez (AOC), miembro de la cámara de representantes de Estados Unidos dio un discurso personal en el que reclama las acciones de un colega de la cámara que la insultó en las escaleras del Capitolio. Los nueve minutos de este discurso viral plantean lecciones de comunicación importantes que se pueden aplicar en cualquier foro, no solo la política. La fórmula mágica detrás de su éxito tiene tres partes: “¿Qué?”, “¿Cómo?” y “¿Por qué?”.

¿Qué hace que el discurso sea tan potente?

(1) Argumento claro (“¿Qué?”)

A pesar de no ser un discurso estructurado — la misma representante compartió sus apuntes en redes y la lectura de la transcripción muestran que no es un hilo 100% fluido- el argumento principal y el secundario son claros y son la consecuencia natural de las historias y ejemplos que relata. Durante el discurso plantea dos “reclamos”:

a. Existe un patrón estructural en donde a través del lenguaje se deshumaniza al otro, especialmente a las mujeres.

b. Tener cercanía a mujeres no es una excusa para que un hombre justifique su mal comportamiento

Análisis de la transcripción

(2) Repeticiones (el “¿Cómo?”)

Los argumentos no son suficientes para transmitir un mensaje. Para llegar a su público con mayor fuerza AOC usa el recurso de las repeticiones para enfatizar sus dos argumentos, además de los hechos de la historia que narra.

Uso de las repeticiones

(3) Motivación

Finalmente, y creo que lo más importante, es que AOC explica por qué es que comparte estos reclamos en un espacio público. Para esto es muy clara y lo resume en tres puntos principales: (i) porque es su trabajo como funcionaria electa, (ii) porque es coherente con los principios con los que la criaron, (iii) porque quiere que deje de ocurrir.

Si bien el discurso de AOC parece lejano (¡y pertenece a una realidad política distinta!) a nuestro día a día, las lecciones y lo que hace que sus palabras sean potentes son tres cosas: (i) argumentos claros, (ii) una forma poderosa y (iii) un propósito. ¿Podríamos aplicarla en el día a día de nuestros trabajos y comunicaciones?

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