Storytelling: ¿por dónde empezar?

Dos herramientas de la dramaturgia para los negocios

Carolina Carbone
3 min readOct 19, 2020

Este año me tracé el objetivo de escribir por primera vez una obra de teatro. Después de varios meses de ideación por fin estoy cerca de terminar el proceso. Hoy me doy cuenta que persigo un sueño rebelde. Cuando decidí perseguir este objetivo los teatros estaban abiertos. Desde hace más de siete meses están cerrados y no sabemos cuando se reabrirán. A pesar de viento y pandemia mi deseo sigue siendo el mismo: escribir una obra de teatro presencial. No una de Zoom, sino una obra por la que un grupo de gente pague por ver en persona.

El proceso ha sido revelador. Antes de escribir por primera vez me imaginaba que el trabajo de un dramaturgo era buscar la inspiración de manera desestructurada y sin planificación. De manera ilusa creía que la inspiración y la obra final venía empaquetada por delivery desde una tienda secreta llamada creatividad. Por mucho tiempo cargaba en mi mente los prejuicios creados por todas esas historias y fotos de escritores paseando en ciudades cosmopolitas o escribiendo en divanes gigantescos. La verdad es otra: el acto de escribir una obra de teatro requiere de igual o más disciplina y trabajo que cualquier otra actividad. Al igual que en un trabajo “de oficina” la ejecución es clave para la correcta entrega de un producto escrito.

La semana pasada mientras revisaba la estructura que había armado para mi obra de teatro pensé en dos herramienta que para mi son clave y que viven en el backstage de la dramaturgia. Dos armas que pueden ser aplicadas a cualquier proceso de diseño de producto, servicio o proceso nuevo: el cuento y la escaleta.

Arthur Miller

El cuento

En resumen, ¿de qué se trata tu producto o servicio? ¿Por qué existe? ¿Qué conflicto trata de resolver? ¿Cómo lo resuelve? El cuento al escribir una obra de teatro es un resumen de dos párrafos que engloba todas las acciones. Es una sinopsis que permite que puedas “vender” la idea o recoger feedback de otros al compartirlo con otras personas. Es una suerte de “elevator pitch” literario.

La escaleta

Antes de que estén de moda los “Customer Journey Maps” existían las escaletas. Esta es una estructura en donde el escritor detalla la secuencia de todas las acciones que ocurren en una obra de teatro. ¿Qué pasa en la primera escena? ¿Qué personajes están? ¿Qué escena sigue? Este detalle es un “esqueleto” que permite que el dramaturgo luego escriba sobre los principales ejes de su historia. La obra de teatro no necesariamente se escribe “sobre la marcha” sino que se construye en base a una estructura construida al inicio.

El cuento y la escaleta son dos herramientas dentro de la mochila de cualquier dramaturgo. Si bien son salidas de un mundo que parece alejado del corporativo, el escribir en una pieza de papel física o digital el resumen de tus productos o servicios, y la estructura detallada de todos los pasos sirve para documentar, comunicar y, finalmente, lograr tus objetivos. En ambos casos una buena ejecución pueden llevar a aplausos.

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